El gato bailaor de flamenco
Érase una vez un gato
que bailaba. Y había un zorro que siempre había tenido envidia del gato porque
a él no le hacían caso. Era tan presumido que decía que haría cualquier cosa por
quitarle protagonismo.
Un día, el gato hizo
una representación en el teatro. Bailó una sevillana que dejó a los
espectadores entusiasmados.
El zorro sintió mucha
envidia e intentó avergonzar al gato. Pero…justo en el momento en que se iba a
lanzar al escenario para hacerlo tropezó y su intento fue inútil. El gato había
terminado y el zorro se quedó hecho polvo.
Desde aquel momento,
el zorro se dio cuenta de que no había que sabotear a los otros y aprendió a
respetar a los demás.
Marta
C.
5ºC
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