DíA INTERNACIONAL DEL LIBRO
INFANTIL 2017
¡CREZCAMOS CON LOS LIBROS!
¡CREZCAMOS CON LOS LIBROS!
En mi más tierna infancia me gustaba construir
casitas con
bloques y todo tipo de juguetes, solía usar como tejado libros
infantiles ilustrados; en sueños, subía hasta el interior la casa, me
acostaba en la cama hecha con cajas de cerillas y contemplaba las nubes o el
cielo estrellado, todo dependía de la imagen que más me gustase.
Instintivamente, seguí la ley de vida de todo niño
que busca inventarse un ambiente cómodo y seguro, para conseguirlo, un libro
infantil fue de auténtica ayuda.
Después me hice mayor y aprendí a leer, en mi
imaginación, un libro comenzó a parecerse más una mariposa o incluso un
pájaro, que a un tejado. Las páginas del libro eran como alas y susurros. Era
como si el libro situado en el alféizar saliera volando inesperadamente por
la ventana abierta hacia espacios desconocidos. Lo cogí, lo empecé a leer y
el libro se tranquilizó. Después lo seguí a través de otros mundos y parajes,
mientras mi universo imaginario se iba extendiendo.
¡Qué alegría tener un nuevo libro en mis manos! Al
principio no sabes de qué trata, te resistes a la tentación de abrirlo por la
última página, ¡y qué bien huele! No es posible descomponer su olor: tinta,
pegamento… no, no lo es. Tiene un aroma especial a libro, uno excitante y
único. Las puntas de algunas páginas se pegaban como si el libro no se
hubiera despertado aún, se despierta cuando lo empiezas a leer.
A medida que vas creciendo el mundo de alrededor se
va complicando. Te enfrentas a cuestiones que incluso un adulto es incapaz de
resolver. Sin embargo, es conveniente poder compartir las dudas y los
secretos con alguien, por tanto aquí es cuando el libro viene en tu ayuda.
Probablemente muchos de nosotros nos hemos planteado: ¡yo he escrito este
libro! Y el personaje favorito de pronto parece ser como tú. Vive los mismos
problemas y los trata con dignidad; otro personaje no se parece a ti en nada
pero quieres que sea como tu ideal, pretendes ser tan valiente y capaz como
él.
Me hace reír cuando un chico o una chica dice “no me
gusta leer”, no les creo, seguro que toman helado, juegan y ven películas muy
interesantes. En otras palabras, les gusta divertirse. La lectura, frente el
desarrollo de los sentimientos y la personalidad, no es una tarea tan
agotadora, si bien, ante todo, es un gran placer.
¡Precisamente, esta es la intención de los autores
que escriben libros para niños!
Escrito por Sergey Makhotini
Traducido por Yana Shvedova Ilustrado por Mikhail Fedorov |
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